LUGAR DE NACIMIENTO: Cádiz.
NOMBRE COMPLETO: Manuel Ángel Botubot Pereira.
DEMARCACION: Central y Lateral Izquierdo.
EQUIPOS: Cádiz CF, Xerez CD, CD Castellón.
INTERNACIONALIDADES: 1 Vez
BIOGRAFIA.
Manuel Díaz Botubot se formó en las divisiones inferiores del Cádiz CF, comenzando en categoría alevín. Seis meses después de su subida al primer equipo, el Cádiz, que atravesaba por una crisis económica, se ve en la obligación de dar luz verde a su traspaso. Se trataba un futbolista de garantía pese a su juventud y de una proyección enorme. El 4 de enero de 1977, en el Hotel Calderón de Barcelona, Pasieguito y Salvador de Gomar firmaron el documento en el cual se estipulaba la forma de pago de los 25 millones que el Valencia pagaría en concepto de su traspaso.
Manuel Díaz Botubot se formó en las divisiones inferiores del Cádiz CF, comenzando en categoría alevín. Seis meses después de su subida al primer equipo, el Cádiz, que atravesaba por una crisis económica, se ve en la obligación de dar luz verde a su traspaso. Se trataba un futbolista de garantía pese a su juventud y de una proyección enorme. El 4 de enero de 1977, en el Hotel Calderón de Barcelona, Pasieguito y Salvador de Gomar firmaron el documento en el cual se estipulaba la forma de pago de los 25 millones que el Valencia pagaría en concepto de su traspaso.
Al llegar al Valencia, Botubot tomó lecciones de Jesús Martínez y formó con Arias un buen dúo complementario. A la gente le cayó bien, por valiente y espectacular, y le perdonó sus lagunas y algún que otro despeje a la ionosfera. Cuando su primer gol, contra el Sporting, en una carga de blindado de área a área, todo Mestalla fue feliz con él. Kubala le llevó a la selección en un equipo experimental contra Italia el 21 de Diciembre de 1978, en el que sería sería el primer y único partido internacional que disputaría a lo largo de su carrera deportiva.
Al llegar a la final copera de 1979, ya había mejorado mucho en colocación y manejo. La llegada de tendillo le envió al lateral izquierdo. No era zurdo ni sabía correr la banda, pero se las arregló para convertirse en un puntal durante las cinco temporadas siguientes, que incluyeron Copa y Recopa. Era más aparatoso que duro a pesar de varias expulsiones (una de ellas con Rincón, que salió del banquillo y le agredió sin esperar a ser presentado), pero casi siempre recibió más que dio. En la vuelta de la Supercopa de Europa, los jugadores del Nottingham se ensañaron con él por algún motivo nunca desvelado, pero entre todos no consiguieron abatirle.
Desmesurado en el salto, Botubot resultaba letal en ataque si se le ponía la pelota lo bastante alta. También marcaba en rechaces, con unas voleas tremendas que lo mismo podían irse dentro que matar a un fotógrafo. Sus envíos desde la izquierda no eran un prodigio de finura, pero le sobraba presencia física para llenar la banda. Permaneció en las filas del Valencia hasta 1984, año en el que se despidió de la afición che tras jugar su última temporada en Mestalla.
A la siguiente campaña entró a formar parte del CD Castellón, club en el que jugó por espacio de dos temporadas destacando especialmente en su primera temporada, en la que ofreció un gran rendimiento. Posteriormente en 1986 firmó por el Xerez, que acababa de conseguir el ascenso a Segunda División. En las filas del conjunto azulino jugó su última campaña como jugador en activo, retirándose definitvamente a la edad de 32 años.
SUS NUMEROS EN EL VALENCIA CF.
Temporadas en el Valencia CF: 8 Temporadas desde la 1976/1977 a la 1983/1984.
Minutos Jugados: 18519.
Partidos Jugados: 211.
Partidos Titular: 208.
Partidos Reserva: 3.
Goles Marcados: 8.
Tarjetas Amarillas: 30.
Tarjetas Rojas: 4.
TIULOS CON EL VALENCIA CF.
1 Copa del Rey : Temporada 1978/1979.
1 Recopa de Europa :Temporada 1979/1980.
1 Supercopa de Europa :Temporada 1980.
ESTO ESCRIBIO DE EL "LA PEÑA CADISTA DE MADRID".
Si bien es verdad que apenas disputó media temporada en el primer equipo cadista, la figura de Botubot merece el mismo trato que otros grandes mitos del Olimpo Amarillo. Y es que Botubot, siendo casi un niño, fue fichado por uno de los equipos más importantes de España (el Valencia) donde hizo una carrera espectacular, que le llevó a ser uno de los pocos gaditanos que ha defendido la camiseta de la selección española. Su arrollador poderío físico hizo de él un defensa temible, del que todavía hoy guardan un gran recuerdo a orillas del Turia. Si bien su más recordada cualidad era su integridad como persona y profesional, su enorme sentido de la responsabilidad que le provocó vítores y simpatía de todos las aficiones que tuvieron la suerte de disfrutarlo.
Si bien es verdad que apenas disputó media temporada en el primer equipo cadista, la figura de Botubot merece el mismo trato que otros grandes mitos del Olimpo Amarillo. Y es que Botubot, siendo casi un niño, fue fichado por uno de los equipos más importantes de España (el Valencia) donde hizo una carrera espectacular, que le llevó a ser uno de los pocos gaditanos que ha defendido la camiseta de la selección española. Su arrollador poderío físico hizo de él un defensa temible, del que todavía hoy guardan un gran recuerdo a orillas del Turia. Si bien su más recordada cualidad era su integridad como persona y profesional, su enorme sentido de la responsabilidad que le provocó vítores y simpatía de todos las aficiones que tuvieron la suerte de disfrutarlo.
Manuel Botubot Pereira nace en Cádiz el 23 de noviembre de 1955, en el seno de una familia de lo más humilde. Desde pequeño mata el tiempo libre con la pasión de jugar al fútbol. Como suele ocurrir en estos casos, su aterrizaje en un equipo serio, que aspiraba a formar futbolistas profesionales, fue un cúmulo de casualidades. Un buen día acompañó a un vecino y amigo a las pruebas que por aquel entonces estaba llevando a cabo Luis Escarti para las categorías inferiores del club. Aquel día Botubot iba en chanclas y no pudo jugar, pero se quedó con la copla de donde se realizaban las pruebas, y al poco regresó, también con su vecino, para probar suerte. Botubot jugó el partido completo, mientras su vecino, el llamado originalmente para la prueba, quedaba relegado a la banda. A Escarti sólo le hizo falta aquella tarde para adivinar las cualidades Manolo, que con ocho años llega así a los alevines del equipo amarillo.
A partir de ahí, la ascensión de Botubot en los escalafones inferiores del club no deja lugar a dudas: allí huele a futbolista de los buenos, de los que van a triunfar. Manolo comienza a destacar por su imponente físico, paseándose por las categorías en las que juega. Alevín, Infantil y posteriormente Juvenil, donde llama la atención de todo un Domingo Balmanya, con el que empieza a entrenar ya con la primera plantilla, rodeado de nombres de la talla de Carvallo, Eloy, Ibáñez....
Llegamos así al verano de 1976, fecha en la que comienza a desatarse el huracán Botubot. El jugador cuenta a la sazón, 20 años. Integrante ya del filial, donde continúa mostrando su insultante superioridad sobre sus rivales en el centro de la zaga, toca cumplir con el servicio militar. Botubot es enviado a Córdoba durante tres meses de instrucción. El jugador, cumplidos sus deberes marciales, se va todas las tardes a entrenar su impresionante condición física a la montaña, criando así el portento que habría de maravillar pocas semanas después.
Concluida la instrucción, Botubot regresa a Cádiz para continuar allí el servicio militar. Su pensamiento es reintegrarse en la disciplina del filial, pero en el primer entrenamiento, Enrique Mateos, que no lo había visto hasta aquel día, lo ve clarísimo. Le da la titularidad en el Trofeo de El Puerto, y la actuación del central no admite peros. Se acabaron los partidos de cantera, pasando Botubot a ser miembro de pleno derecho del primer equipo.
Llegamos así al verano de 1976, fecha en la que comienza a desatarse el huracán Botubot. El jugador cuenta a la sazón, 20 años. Integrante ya del filial, donde continúa mostrando su insultante superioridad sobre sus rivales en el centro de la zaga, toca cumplir con el servicio militar. Botubot es enviado a Córdoba durante tres meses de instrucción. El jugador, cumplidos sus deberes marciales, se va todas las tardes a entrenar su impresionante condición física a la montaña, criando así el portento que habría de maravillar pocas semanas después.
Concluida la instrucción, Botubot regresa a Cádiz para continuar allí el servicio militar. Su pensamiento es reintegrarse en la disciplina del filial, pero en el primer entrenamiento, Enrique Mateos, que no lo había visto hasta aquel día, lo ve clarísimo. Le da la titularidad en el Trofeo de El Puerto, y la actuación del central no admite peros. Se acabaron los partidos de cantera, pasando Botubot a ser miembro de pleno derecho del primer equipo.
No sólo eso: el gaditano es titular desde la primera jornada de liga. A pesar de ser un recién llegado, no muestra la más mínima timidez. Su despliegue físico en el campo es colosal. Mateos lo alinea como central o como libre, dándole total libertad de movimientos, tal y como venía ejecutando en las categorías inferiores. Los rivales no dan crédito, parece tener el don de la ubicuidad. Y en defensa, sus rivales terminan completamente secos, siendo muy pocos los que se atreven en ir al choque con él, sabedores de que llevan todas las de perder.
La prensa deportiva española “flipa” con el fenómeno gaditano, y se hace enseguida eco de la nueva perla que se gesta cada domingo en Carranza. Los grandes empiezan a “husmear” al gaditano, que apenas da crédito a lo que se empieza a gestar a su alrededor: “imagina como me sentía. En poco tiempo pasé de jugar en la cantera a que se hablara de mí en España, y se me hizo un poco cuesta arriba, sentía que cada vez tenía más responsabilidad”.
Como hemos comentado anteriormente, Botubot, además de ser recordado por ser un tanque infranqueable, lo es sobre todo por su profesionalidad, integridad y madurez. Pese a ser aún muy joven y a que su carrera crecía de forma exponencial, demostró tener la cabeza encima de los hombros, y se centró únicamente en jugar y continuar su progresión. Los resultados a su trabajo y tesón llegaron enseguida.
Clubes tan poderosos como Real Madrid, Zaragoza, Barcelona o Español llamaron a la puerta del gaditano, siendo finalmente el Valencia el que por medio de su secretario técnico, Pasieguito, se hiciera con sus servicios, percibiendo el club cadista nada menos que 25 millones de pesetas, una cifra astronómica para la época, y que venía a aliviar una penosa situación financiera. El fichaje tuvo lugar en el Hotel Calderón de Barcelona (en la concentración previa al partido que el Cádiz debía jugar al día siguiente) de forma muy atropellada. Los citados clubes peleaban entre sí por hacerse con el jugador, y el teléfono no dejaba de sonar con ofertas y contraofertas. Aceptada finalmente la propuesta de la entidad levantina, ésta prohibió al jugador, todavía bajo la disciplina amarilla, disputar la jornada de liga, algo que enfadó a un joven e impetuoso Botubot que se “comía” el césped, que sin embargo se resignó tras ser convencido por su entrenador, Enrique Mateos.
La prensa deportiva española “flipa” con el fenómeno gaditano, y se hace enseguida eco de la nueva perla que se gesta cada domingo en Carranza. Los grandes empiezan a “husmear” al gaditano, que apenas da crédito a lo que se empieza a gestar a su alrededor: “imagina como me sentía. En poco tiempo pasé de jugar en la cantera a que se hablara de mí en España, y se me hizo un poco cuesta arriba, sentía que cada vez tenía más responsabilidad”.
Como hemos comentado anteriormente, Botubot, además de ser recordado por ser un tanque infranqueable, lo es sobre todo por su profesionalidad, integridad y madurez. Pese a ser aún muy joven y a que su carrera crecía de forma exponencial, demostró tener la cabeza encima de los hombros, y se centró únicamente en jugar y continuar su progresión. Los resultados a su trabajo y tesón llegaron enseguida.
Clubes tan poderosos como Real Madrid, Zaragoza, Barcelona o Español llamaron a la puerta del gaditano, siendo finalmente el Valencia el que por medio de su secretario técnico, Pasieguito, se hiciera con sus servicios, percibiendo el club cadista nada menos que 25 millones de pesetas, una cifra astronómica para la época, y que venía a aliviar una penosa situación financiera. El fichaje tuvo lugar en el Hotel Calderón de Barcelona (en la concentración previa al partido que el Cádiz debía jugar al día siguiente) de forma muy atropellada. Los citados clubes peleaban entre sí por hacerse con el jugador, y el teléfono no dejaba de sonar con ofertas y contraofertas. Aceptada finalmente la propuesta de la entidad levantina, ésta prohibió al jugador, todavía bajo la disciplina amarilla, disputar la jornada de liga, algo que enfadó a un joven e impetuoso Botubot que se “comía” el césped, que sin embargo se resignó tras ser convencido por su entrenador, Enrique Mateos.
Su llegada sin embargo, al equipo che, no fue ni mucho menos tan exitosa como lo fue su fichaje. Por utilizar un eufemismo, digamos que su entrenador entonces, el paraguayo Heriberto Herrera, no lo recibió con los brazos abiertos. Era un jugador traído por el secretario técnico, no por él, y desde el principio dejó bien claro “que no era bien recibido, no había nada de feeling entre nosotros. En mi primer día, reunió a toda la plantilla, y me soltó delante de todos: `usted no vale 25 millones´. Los compañeros me hacían señas a sus espaldas para que callara y no respondiera. Tras esto, me dijo que me avisaría cuando me necesitara, y me tuvo dos semanas entrenándome en solitario”.
Cualquiera podría haberse derrumbado tras un recibimiento así, pero Botubot no era uno más. Entrenó cada día como si fuera el último, a la espera de que la fortuna le fuera más propicia, y muy pronto ésta le sonrió. Hasta el mismo Herrera tuvo que enmendar su error y alinearle, en un intento de enderezar un equipo que no estaba dando el rendimiento esperado. Tras la jornada 23, el sudamericano es cesado, y a partir de ahí, explota la figura de Botubot, comenzando así una etapa inolvidable de siete años y medio, en la que fue pilar básico del equipo para los muchos técnicos que fueron pasando por el Luis Casanova: Mestre, Marcel Domingo, Pasieguito, Alfredo Di Stéfano o Miljan Miljanic. Todo ello compartiendo vestuario con nombres de la talla de Mario Kempes, Arias, Carrete, Claramunt, Saura, Solsona, Subirats, Castellanos, Tendillo, Sempere…
La afición valencianista aún recuerda la sensacional pareja que formó junto a Tendillo en el centro de la zaga. A pesar de no ser ni zurdo ni lateral, sus últimos años en el club blanco los jugó en dicha posición. Su incombustible fuerza física y su colocación excepcional le permitían suplir cualquier defecto técnico y adaptarse a cualquier posición. Quienes le vieron jugar recuerdan con entusiasmo como Manolo recorría kilómetros y kilómetros sobre el verde, para desesperación de sus rivales.
Cualquiera podría haberse derrumbado tras un recibimiento así, pero Botubot no era uno más. Entrenó cada día como si fuera el último, a la espera de que la fortuna le fuera más propicia, y muy pronto ésta le sonrió. Hasta el mismo Herrera tuvo que enmendar su error y alinearle, en un intento de enderezar un equipo que no estaba dando el rendimiento esperado. Tras la jornada 23, el sudamericano es cesado, y a partir de ahí, explota la figura de Botubot, comenzando así una etapa inolvidable de siete años y medio, en la que fue pilar básico del equipo para los muchos técnicos que fueron pasando por el Luis Casanova: Mestre, Marcel Domingo, Pasieguito, Alfredo Di Stéfano o Miljan Miljanic. Todo ello compartiendo vestuario con nombres de la talla de Mario Kempes, Arias, Carrete, Claramunt, Saura, Solsona, Subirats, Castellanos, Tendillo, Sempere…
La afición valencianista aún recuerda la sensacional pareja que formó junto a Tendillo en el centro de la zaga. A pesar de no ser ni zurdo ni lateral, sus últimos años en el club blanco los jugó en dicha posición. Su incombustible fuerza física y su colocación excepcional le permitían suplir cualquier defecto técnico y adaptarse a cualquier posición. Quienes le vieron jugar recuerdan con entusiasmo como Manolo recorría kilómetros y kilómetros sobre el verde, para desesperación de sus rivales.
Botubot colmó en el Valencia todas las aspiraciones que un jugador profesional pueda tener. A partir de 1979, enganchó tres títulos seguidos: Copa del Rey, Recopa y Supercopa de Europa, títulos que muy pocos gaditanos pueden presumir de haber conseguido y de haber sido pieza básica en su consecución. Aunque sin duda el día más importante en la carrera de Manolo se produjo el 21 de diciembre de 1978, cuando hizo su debut en partido oficial con la selección nacional: en Roma ante Italia. Botubot había sido un fijo en la selección sub21, y Kubala ya lo había llamado en varias ocasiones, en las que siempre se quedó en el banquillo pero sin llegar a debutar (sólo un mito como Migueli pudo taponar su proyección). No fue hasta entonces cuando saltó al campo vistiendo la camiseta roja, un día que el jugador jamás olvidará.
Tras siete temporadas y media, Botubot dijo por fin adiós a la que había sido su casa. El fútbol español atraviesa entonces por una aguda crisis de la que no se libran ni los más grandes. El Valencia intenta aliviar presupuesto y comienza a dar bajas a los jugadores más veteranos y con mayores fichas. Ilustres como Kempes, Carrete o Botubot entran en este “plan renove”. Botubot, para entonces, muy afianzado y establecido en la Comunidad Valenciana, decide continuaren ese rincón de España, y firma por tres temporada por el Castellón, que milita en Segunda División.
Tras siete temporadas y media, Botubot dijo por fin adiós a la que había sido su casa. El fútbol español atraviesa entonces por una aguda crisis de la que no se libran ni los más grandes. El Valencia intenta aliviar presupuesto y comienza a dar bajas a los jugadores más veteranos y con mayores fichas. Ilustres como Kempes, Carrete o Botubot entran en este “plan renove”. Botubot, para entonces, muy afianzado y establecido en la Comunidad Valenciana, decide continuaren ese rincón de España, y firma por tres temporada por el Castellón, que milita en Segunda División.
En su primera temporada en el cuadro blanquinegro, Botubot continúa demostrando su fortaleza y su fuerza, siendo titular indiscutible para su técnico, el húngaro Antal Dunai: “fue un gran entrenador, me hizo disfrutar mucho. Formó un equipo joven e hicimos un gran año”. Tras esta primera temporada, llegó al banquillo castellonense Roberto Gil, con el que Botubot coincidió algún tiempo en el Valencia. Entonces no hubo buena relación, pero hubiera sido un suicidio deportivo para el técnico no contar con el concurso del gaditano. En Castellón las cosas fueron distintas, y Manolo tuvo que verse por primera vez en su carrera deportiva relegado al banquillo. A resultas de esta situación, el club rescinde el contrato con el jugador.
Tras diez temporadas en el fútbol de élite, Botubot contempla su retirada, y se marcha a Cádiz a retomar su vida. De vuelta en su tierra natal, el zaguero se entrena en solitario, para no perder la forma, y Manolo Cardo, a la sazón, técnico del Cádiz, le pide que regrese a la que fue su casa, donde todavía podía aportar mucho. Habría sido sin duda el final feliz que la carrera de Manolo se merecía: retirarse vestido de amarillo. Sin embargo, había que salvar un pequeño escollo para el fichaje: “el presidente me firmaba si yo antes iba al Diario de Cádiz y concedía una entrevista para confirmar que estaba libre y que quería firmar por el Cádiz. Le di muchas vueltas durante la noche, me planté en el portal del periodista al que tenía que ver, pero una vez allí, me di media vuelta. Toda mi vida había basado mis éxitos en mis méritos deportivos, y yo no quería llegar al Cádiz de aquella manera, yo no quería entrar en ese juego, no lo necesitaba. Me sigue sorprendiendo y entristeciendo a la vez como ese tipo de historias y entresijos continúan todavía hoy en nuestro fútbol, y que nadie lo denuncie”.
Tras diez temporadas en el fútbol de élite, Botubot contempla su retirada, y se marcha a Cádiz a retomar su vida. De vuelta en su tierra natal, el zaguero se entrena en solitario, para no perder la forma, y Manolo Cardo, a la sazón, técnico del Cádiz, le pide que regrese a la que fue su casa, donde todavía podía aportar mucho. Habría sido sin duda el final feliz que la carrera de Manolo se merecía: retirarse vestido de amarillo. Sin embargo, había que salvar un pequeño escollo para el fichaje: “el presidente me firmaba si yo antes iba al Diario de Cádiz y concedía una entrevista para confirmar que estaba libre y que quería firmar por el Cádiz. Le di muchas vueltas durante la noche, me planté en el portal del periodista al que tenía que ver, pero una vez allí, me di media vuelta. Toda mi vida había basado mis éxitos en mis méritos deportivos, y yo no quería llegar al Cádiz de aquella manera, yo no quería entrar en ese juego, no lo necesitaba. Me sigue sorprendiendo y entristeciendo a la vez como ese tipo de historias y entresijos continúan todavía hoy en nuestro fútbol, y que nadie lo denuncie”.
Cuando ésta vez sí parecía que Botubot colgaba las botas, el Xerez llamó a su puerta, y le ofreció un contrato por dos años que el defensa aceptó. En la primera de las dos temporadas, en Segunda División, Botubot dio la enésima cátedra de colocación en el campo y potencia. Fue fijo en las alineaciones e incluso se permitió igualar sus mejores registros goleadores, con tres tantos. Sin embargo, no cumplió todo su contrato con la entidad azulina: “no me vi con fuerzas para continuar, no estaba nada cómodo con Naya, y decidí perdonar el año que restaba de contrato y marcharme”.
Se ponía así punto y final a uno de nuestros canteranos más ilustres, uno de los que más lejos ha llegado en el fútbol español, y de los pocos que han representado a nuestro país en su selección. Pero sobre todo, quedan para siempre su lealtad, su integridad como profesional, la consecuencia entre sus palabras y sus actos, una persona y un jugador íntegro de los pies a la cabeza, del que nunca se habló de él fuera de los terrenos de juego, y que bien puede ser un ejemplo para todos esos jóvenes gaditanos que empiezan en esto del balón.
Se ponía así punto y final a uno de nuestros canteranos más ilustres, uno de los que más lejos ha llegado en el fútbol español, y de los pocos que han representado a nuestro país en su selección. Pero sobre todo, quedan para siempre su lealtad, su integridad como profesional, la consecuencia entre sus palabras y sus actos, una persona y un jugador íntegro de los pies a la cabeza, del que nunca se habló de él fuera de los terrenos de juego, y que bien puede ser un ejemplo para todos esos jóvenes gaditanos que empiezan en esto del balón.
ENTREVISTA.
En el otoño de 2004, le realizamos esta entrevista al que fuera jugador del Cádiz, Valencia y Castellón, sobre pasado, presente y futuro del club amarillo y sobre sus experiencias como jugador:
P. ¿Fue fácil tomar la decisión de irse del Cádiz? ¿Fue impuesta por el club?
R. "Fue impuesta, ya que el Cádiz necesitaba dinero para sanear en ese momento al Club, y yo encantado, tenía la oportunidad de salir de Cádiz y conocer otra ciudad y otro club, y aparte era mi oportunidad profesional."
P. ¿Sintió morriña cuando en el año que fue traspasado, el Cádiz consiguió su primer ascenso a Primera División? ¿Le habría gustado estar en el Cádiz esa temporada entera para vivir ese momento histórico?
R. "Sentí una gran alegría y me sentí feliz porque en cierta forma yo había contribuido en media liga a que el Cádiz subiera a 1ª División. Sí, me hubiera gustado, pero pienso que en la vida todo no se puede conseguir, unos empiezan...... y otros acaban... y eso me pasó a mí."
P. ¿Le impuso llegar a un vestuario con jugadores de la talla de Sempere o Kempes?
R. "Me impuso una enormidad, no por los jugadores y si por el entrenador que en aquel entonces tenía el Valencia C.F. (Heriberto Herrera). Yo llegué como un balón hinchado de ilusión, y este entrenador me marginó durante dos meses. Luego todo cambió, cogí la titularidad y todo fue muy bien."
P. ¿No le habría gustado retirarse en el Cádiz? ¿Porqué no lo hizo?
R. "Sí que me hubiera gustado, pero.... el fútbol a veces lo rigen muchos intereses y yo no entré por esos intereses."
P. ¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de su época como jugador?
R. "El día que firmé por el Valencia y el día que me llamó la Selección Española. Junto a los 8 años de experiencia que me dio Valencia y su gente. Cuando jugué el partido con Italia de la Selección Española y sonó el himno nacional, nunca lo olvidaré."
P. ¿Qué sintió cuando ganó la Recopa con el Valencia?
R. "Junto a jugar en la Selección Española, la culminación que tiene un profesional de ganar un título europeo y sentirse el mejor de Europa de ese año."
P. ¿Y cuándo fue convocado con la selección española?
R. "Como he dicho antes, por lo que lucha y trabaja un profesional, poder vestir y poder representar a tu país, esto me llenó de satisfacción. Llevar en mi pecho el escudo de España. Es por lo que creo que debe luchar cualquier profesional del mundo."
P. ¿Cuáles eran sus mejores virtudes y sus defectos como jugador?
R. "La condición física unida a la honradez que siempre he dado en el terreno de juego. Y mi defecto, quizás, jugar fuera de mi parcela. Me condicionaba mucho."
P. ¿Con quién mantiene mejor relación de los que fueron sus compañeros como jugador?
R. "Hay varios. Angel Castellanos, Rainer Bonhof, un jugador alemán con el que me llevaba de maravillas,.... pero en general suelo tener contacto con muchos, ya que en Valencia tengo algún que otro local de alquiler."
P. Hablando del actual Cádiz, ¿qué hay que hacer que el Cádiz vuelva a ser un equipo que luche por jugar entre los mejores?
R. "Pues hacerlo como lo está haciendo en estos últimos encuentros. Trabajando con la misma filosofía, luchar sin creer que ya se ha conseguido todo. Trabajar con la humildad que lo están haciendo, y dejar tranquilo al cuerpo técnico cuando las cosas no salgan lo bien que todos queremos. En una palabra..... “Fe” en los profesionales, y el que no sepa que se calle."
P. ¿Cómo vivió el verano de 2000 en que el club estuvo a punto de desaparecer?
R. "Con nervios y con pena. Pensé que lo que tanto nos había costado en el pasado se podía perder, y tantos recuerdos..... . Pero, llegó un señor de Córdoba, que no de Cádiz, que es lo que a muchos nos dolió, que habiendo tantos empresarios gaditanos, nadie excepto éste señor, apostó por el Cádiz C.F."
P. ¿A qué se dedica desde que dejó la práctica del fútbol?
R. "De algún local comercial de alquiler y otro negocio de mi mujer, una academia de baile, “Las Bayaderas”."
P. ¿No ha sentido el gusanillo de entrenar?
R."No tengo paciencia para tener que aguantar a algunos familiares de los jóvenes futbolistas. Pienso que si estos, dejaran a sus hijos disfrutar del deporte, a los jóvenes les fuesen mejor. También pienso que no todos los familiares son iguales, además bregar y enseñar hoy día a los jóvenes es bastante complicado."
Además, nos dejó una anécdota de lo más graciosa para el recuerdo: “En el aeropuerto de Londres, estaba buscando comprar una tableta de chocolate, cuando vi al masajista que estaba repartiendo las tarjetas de embarque. Le pregunté dónde podía comprar algo. Este me comentó que en el precio del billete estaba incluido todas las compras que quisiéramos hacer dentro del aeropuerto. Yo me volví loco. Pensé que sería una buena ocasión para regalarle a mis hermanos y padres. Esta oportunidad no la podía dejar pasar. Cogí un carrito de la compra y me puse a llenarlo de tabaco, ginebra, chocolates de cuatro o cinco clases, bolsas de regalos de colonia, en fin......Cuando voy a la cajera, y esta empieza a pasar los artículos por la caja pensé que esto era para darle de baja en el stockaje, y al rato le oigo decir algo como: dolars... Yo con cara de tonto le digo, ¡comoooooo¡, ¿dolars?, ¡no, no, no¡. Yo Italia. Yo jugador de fútbol.La cajera me miraba de manera anormal, yo intuí que algo raro pasaba. Le saqué mi tarjeta de embarque y mi pasaporte, y ella seguía con lo mismo: ¡dolars, dolars¡. Cuando desesperadamente me di la vuelta para encontrar ayuda de alguien y vi como yo era el centro de atención de todos los componentes del equipo español. Entonces me di cuenta de mi inocencia, y me tocó devolver todo a su sitio, y coger mi tableta de chocolate que era lo único que yo demandaba desde el principio.".
TRAYECTORIA FUTBOLISTICA.
Temporada 1976/1977 : Cádiz CF; Partidos 17 - Goles 0.
Temporada 1976/1977 : Valencia CF; Partidos 10 - Goles 0.
Temporada 1976/1977 : Cádiz CF; Partidos 17 - Goles 0.
Temporada 1976/1977 : Valencia CF; Partidos 10 - Goles 0.
Temporada 1977/1978 : Valencia CF; Partidos 28 - Goles 0.
Temporada 1978/1979 : Valenica CF; Partidos 32 - Goles 1.
Temporada 1979/1980 : Valencia CF; Partidos 31 - Goles 0.
Temporada 1980/1981 : Valencia CF; Partidos 29 - Goles 3.
Temporada 1981/1982 : Valencia CF; Partidos 32 - Goles 3.
Temporada 1982/1983 : Valencia CF; Partidos 25 - Goles 1.
Temporada 1983/1984 : Valencia CF; Partidos 24 - Goles 0.
Temporada 1984/1985 : CD Castellón; Partidos 33 - Goles 1.
Temporada 1978/1979 : Valenica CF; Partidos 32 - Goles 1.
Temporada 1979/1980 : Valencia CF; Partidos 31 - Goles 0.
Temporada 1980/1981 : Valencia CF; Partidos 29 - Goles 3.
Temporada 1981/1982 : Valencia CF; Partidos 32 - Goles 3.
Temporada 1982/1983 : Valencia CF; Partidos 25 - Goles 1.
Temporada 1983/1984 : Valencia CF; Partidos 24 - Goles 0.
Temporada 1984/1985 : CD Castellón; Partidos 33 - Goles 1.
Temporada 1985/1986 : CD Castellón; Partidos 17 - Goles 0.
Temporada 1986/1987 : Xerez CD; Paritods 29 - Goles 3.
Temporada 1986/1987 : Xerez CD; Paritods 29 - Goles 3.
SUS DECLARACIONES A LAS PROVINCIAS POR EL 90 ANIVERSARIO DEL CLUB
"Vender jugadores es el futuro económico del club".
"No es fácil salir de la situación en que se ve inmerso el Valencia. Una de las soluciones que puede adoptar el club es vender a jugadores emblemáticos. Ese es el futuro económico del Valencia, aunque todo tiene un precio y está claro que el estadio a lo mejor no se llena igual. Pero ya en otras épocas hemos tenido que sacrificar a las grandes estrellas y el Valencia siempre ha salido adelante. Para el club viene una época muy dura y los que peor lo pasan en estos casos son siempre los aficionados. Esto es una pena."
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