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domingo, 6 de junio de 2010

Antón Martínez "ANTÓN".


FECHA DE NACIMIENTO: 19 de Octubre de 1944.
LUGAR DE NACIMIENTO: Bilbao (Vizcaya).
NOMBRE COMPLETO: Antonio Manuel Martínez Morales
DEMARCACION: Lateral Izquierdo.
EQUIPOS: Barbate, Triana, Real Betis, Real Valladolid.
INTERNACIONALIDADES: 5 Veces.

SUS NUMEROS EN EL VALENCIA CF.
Temporadas en el Valencia CF: 7 Temporadas desde la 1968/69 a la 1974/75.
Minutos Jugados: 19343.
Partidos Jugados: 228.
Partidos Titular: 219.
Partidos Reserva: 9.
Goles Marcados: 7.
Tarjetas Amarillas: 5.
Tarjetas Rojas: 2.
http://www.ciberche.net/histoche/jugadores/26?pid=294&season=34

SUS PARTIDOS CON LA SELECCION ESPAÑOLA.
23 de Abril de 1969. España 0 - 0 Mexico. (Su debut en la selección).
17 de Marzo de 1971. España 2 - 2 Francia.
9 de Mayo de 1971. Chipre 0 - 2 España.
30 de Mayo de 1971. U.R.S.S. 2 - 1 España.
27 de Octubre de 1971. España 0 - 0 U.R.S.S. (Su ultimo partido en la selección).

ENTREVISTA EN EL LEVANTE EMV.

Fotos: Albelart Comes.
ANTÓN EL ÚLTIMO OBRERO DEL BALÓN.
De campeón de liga al trabajo en la obra de sol a sol. Resulta impensable, pero hubo un tiempo en que fue así. El ex jugador del Valencia Antón, campeón de liga en 1971, desgrana a través de su historia las diferencias sociales y económicas entre los futbolistas de ayer y de hoy.
J. M. Sanchis Bernat
Paradojas de la vida, su oficio tras el fútbol le llevaría bajo el suelo de Mestalla en la construcción del metro "¿Villa? Uno menos que está en crisis". Antón saca a relucir su gracejo a las primeras de cambio. "Hoy los futbolistas ganan mucho dinero. Pero es que lo generan. Me parece fenomenal que Villa haya firmado el contrato de su vida. Es la ley de la oferta y la demanda. Él sólo vende sus cualidades. A mí eso no me molesta".

Aunque para los jóvenes sea un desconocido, cualquier seguidor del Valencia CF con más de cincuenta años le recuerda sin dudarlo. Antonio Manuel Martínez Morales, Antón (Bilbao, 1944), era el lateral izquierdo del gran equipo al que Alfredo di Stéfano hizo campeón de liga en la temporada 1970-71, el cuarto título valencianista, que luego tardaría cuarenta años en volverse a conquistar.

Era un defensa aguerrido, con fama de duro. "Con los cojones de Antón, el Valencia campeón", solía corear la grada. "¡Tú dabas fuerte, eh!", le dice un aficionado con quien se cruza por la calle. Aún hoy conserva la bravura en el porte, acentuada por una tez curtida y morena labrada a base de currar de sol a sol.

El millonario –o no tanto, según se mire- fichaje del ´Guaje´ por el Barça propicia la comparación entre las condiciones económicas y el reconocimiento social de los jugadores en la época actual y en la de Antón. Entonces, ni siquiera cotizaban a la Seguridad Social por su ´trabajo´. "Hasta el médico te lo pagabas tú", recuerda.

Así, cuando colgó las botas tras dos temporadas en el Valladolid –había abandonado el club de Mestalla en 1975- le tocó empezar casi de cero. Regresó a Valencia para intentar ganarse la vida. Probó, sin demasiada suerte, abriendo una tienda de muebles y un supermercado. "Reconozco que no era apto para los negocios. Pero hay quien no cogió el toro por los cuernos y acabó sin nada. Yo sólo hice lo que millones de personas: trabajar".

El campeón de liga, un trabajador incansable en el campo, iba a aplicar la misma táctica en el partido de la vida. Así, en los años ochenta decidió marcharse a Guinea Ecuatorial a trabajar en los negocios de Francisco Roig, quien tiempo después acabaría siendo presidente del Valencia. "Pero allí la vida era muy dura y, tras seis meses, decidí regresar".

Gracias a otro negocio, esta vez de restauración, entabló amistad con directivos de la constructora Dragados y se enroló en las obras del metro de Valencia, con la difícil tarea de eliminar las abundantes filtraciones de agua en el subsuelo de la ciudad. "Allí trabajé como un… quiero decir muy duro muy duro", reconoce.

Paradojas de la vida, años después de sus correrías por Mestalla, su oficio le llevaría bajo el suelo del estadio en la construcción de la actual línea 5. "Muchos me reconocían y me decían: ´pero Antón, ¿qué haces aquí?´ Y es que tenía que trabajar al máximo para sacar a mis cuatro hijos adelante y darles unos estudios". Hoy, Toni y Andrés son ingenieros, Yolanda, enfermera, y Lorena, arquitecto.

Pese a todo, Antón guarda un buen recuerdo de su etapa laboral. "Me siento un privilegiado en las dos facetas de mi vida. Una muy bonita, el fútbol, con las alegrías. Y la otra, en el trabajo, también fue increíble. Soy rico porque almaceno mis vivencias, pero sin nostalgias. Doy las gracias a todo el que ha tenido influencia en mi caminar" (guarda un largo silencio).

De hecho, el último día de trabajo antes de jubilarse el pasado año, sus compañeros le entregaron una placa de recuerdo. "Trabajar tantos años y que el último día, cuando ya has recogido todos tus trastos, te hagan esto… es lo más. La tengo en mi casa en el mejor de los sitios, al mismo nivel que los trofeos de fútbol".

"LOS JUGADORES DE AHORA SON MÁS POBRES EN HUMANIDAD"
Una historia como la de Antón resulta hoy impensable tras la retirada de un futbolista de elite. Pero él no se cambiaría por una de las estrellas del balompié actual. "Si tuviese que empezar de nuevo, volvería a ser futbolista y por el mismo camino, un camino lleno de rosas, con alguna espina, como es normal. Me gustaría volver a vivir lo que he vivido, repitiéndolo punto por punto".

En este punto, distingue cómo la relación entre jugadores y aficionados también ha cambiado. En su opinión, antes era más natural y abierta. Ahora es más bien fría y programada. Y revive su experiencia. "Con el Valencia fue impresionante cómo llegué a sentir el cariño de la afición, sobre todo en los malos momentos. Me escribían cartas de ánimo y me alentaban por la calle. Guardo un gran recuerdo de ello".

El ejemplo más claro pudo vivirlo al ganar el título del 71. "A la vuelta de Barcelona en autobús tras proclamarnos campeones, al entrar en la provincia de Valencia, la gente nos esperaba en cada pueblo del trayecto. Recuerdo que en Puçol, una anciana me saludó a través de la ventanilla y me dio las gracias por la felicidad que le había dado. Este recuerdo lo guardaré toda la vida con muchísimo cariño".

La camaradería era una constante en la plantilla. Después del entrenamiento, todos juntos, incluido Di Stéfano, se jugaban el café al punyet en la taberna deportiva frente a Mestalla. "En esto, los jugadores de ahora son mucho más pobres, no existe ese ambiente tan familiar. Éramos un grupo de amigos, y aún lo somos cuando nos reencontramos. Entonces era increíble. Di Stéfano era el primero que se ponía a jugar y contar anécdotas. Nos quedábamos atontados escuchándolo.

Antón cree que ahora no es así. Y cuenta con amargura cuando se acercó a un futbolista de la actual plantilla del Valencia para agradecerle que hubiera cogido en brazos a Sergi, uno de sus tres nietos, antes de un partido para fotografiarse con él. Aquél no le reconoció, ni siquiera le miró. "No vengo a pedirte nada, sólo a darte las gracias", le espetó Antón. El jugador, azorado, le estrechó la mano y se fue rápidamente. "Uf, me cogí un cabreo…"
http://www.levante-emv.com/fin-semana/2010/05/31/a-fondo/reportajes/anton-ultimo-obrero-balon/5415.html

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